Alguna vez te has estado enojado? Realmente enojado? El tipo del enojo que viene de un lugar de profundo dolor? El tipo del enojo que te hace querer gritar o esconderte del mundo? Enojado con tu familia o con tu vida, enojado con la injusticia, o quizás incluso enojado con Dios?
Cuando estaba enojado, alunga vez alguien le dijo: “Usted es cristiano, no puede estar enojado!” o “Estar enojado no es como Cristo!”? Bueno. Estoy aquí para decirles que creo que la idea de que nosotros, como cristianos, no podemos estar enojados es una mentira. De hecho, negar las emociones, incluso el enojo, es bastante anticristiano. En la Biblia, encontramos a Dios, Jesús, los discípulos, y los apóstoles mostrando emociones. Los santos en la historia muestran emociones. Mostramos emociones. Aun más, fuimos hechos con emociones, como hijos amados de Dios, en la imagen de Dios. Dios les dio a los humanos la capacidad de sentir. La pregunta no es si las emociones son “buenas” o “malas,” o “correctas” o “incorrectas,” porque las emociones son “buenas” y son parte del ser humano. La pregunta es – como reaccionamos cuando sentimos una emoción? En particular, como reaccionamos cuando estamos enojados? Pues, leemos, debemos estar enojados sin pecar. Pero, como hacemos esto? Esta semana todavía estamos en Efesios y San Pablo tiene algo que ensenarnos sobre como estar enojado en su carta. Primero, nos da permiso para enojarnos. Esto es importante porque nos dice que estar enojado no es un pecado en sí mismo. Entonces, déjeme decirles lo que Pablo nos dice sobre como estar enojado sin pecar. El da consejos sobre como comunicarnos y actuar que nos acercan a Dios incluso en nuestro enojo. Por último, estar enojado sin pecar es sobre imitar a Dios y vivir en amor, como Cristo nos amó (Efesios 5: 1-2). Para hacer esto, debemos decir la verdad al prójimo, hacer un trabajo honesto, edificarnos unos a otros, dar gracia, ser bondadosos y compasivos, y perdonar (Efesios 4: 25-32). Perdonar. Esto suena muy fácil en papel, pero hacerlo cuando estas enojado es difícil. Verdad? En vez, probablemente queremos hacer lo que Pablo dice que no deberíamos. Probablemente queremos pecar. El enojo como pecado parece hablar mentiras, hacer lugar para el diablo, hablar mal, ser avergonzado por el Espíritu Santo, ser amargado, y difundir calumnias o malicia (Efesios 4: 25-4: 31). Actuar enojado de esta manera es pecaminoso porque estas acciones nos separan de Dios. Entonces, que hacemos cuando estamos enojados y no podemos actuar sin pecado? Y, como aprendemos a enojarnos sin pecar? Pues, en el momento en que esté enojado, está bien alejarse respetuosamente de la conversación. Tomar un descanso. Pide algo de tiempo. Vaya a caminar, respira, ora y ordena tus pensamientos. Luego, regrese a la conversación cuando esté listo para actuar y hablar con amor. Listo para usar Amor como tu guía. Cuando no esté enojado, ore por la capacidad de dar gracia y hablar con bondad. Ore por perdón, por te mismo y por los demás. Ore por empatía, por te mismo y por los demás. Luego practique poner todo esto en acción en tu vida diaria. Practica dar gracia, ser amable, perdonar, sentir empatía y mostrar respeto para que, cuando estés enojado y abrumado por la emoción, sepas que ya tienes los instrumentos para responder sin pecar. Y siempre, siempre, recuerda el amor. Entonces, sí, las emociones son "buenas." Son parte de la condición humana. Dios tiene emociones, Cristo tuvo emociones; los discípulos, apóstoles, y santos tenían emociones. Los seres humanos recibimos emociones, la capacidad de sentir, desde el momento en que nacemos. Abrazar las emociones es parte de ser un todo, parte de honrar la imagen de Dios en nosotros. La pregunta, entonces, para todos nosotros es – cuál es una reacción cristiana a las emociones que sentimos? En última, ya sea que estemos enojados, felices, tristes, emocionados, confundidos, solos, o cualquier otra emoción, debemos reaccionar y responder con Amor, como Cristo nos amó. Amén. |